jueves, 17 de diciembre de 2009

Argumentación desarrollada




Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprograma de Especialización en Lectura y Escritura
Curso: Fundamentos Pedagógicos de la Lectura y la Escritura
Profesora: Angélica Silva


BEATRIZ BRITO
COHORTE: 2009-III


Una reflexión acerca de la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y la escritura en Preescolar
(Texto de opinión)

Cuando se pretende abordar la enseñanza y el aprendizaje de la lectura y escritura, necesariamente, debe reflexionarse acerca de lo que implican estos procesos, para poder idear la manera de lograrlos. Tales reflexiones contienen aspectos como: desde qué perspectiva teórica se llevarán a cabo, cuáles son los postulados de esa teoría, en qué se fundamentan pedagógicamente tales procesos, y cuáles serán los fundamentos pedagógicos que permiten esa enseñanza y aprendizaje de la lectura y la escritura. En otras palabras, se reflexiona en sí sobre el acto educativo. No obstante y en un sentido muy específico, cómo enseñar a leer y escribir y lograr el aprendizaje de dichos procesos, en los estudiantes, es la idea central que intento desarrollar en este texto.

Las teorías de aprendizaje, dictaminan las directrices para abordar los procesos de enseñanza. Cada una señala aspectos específicos en la adquisición de conocimientos según sus postulados centrales, su objeto de estudio y las características que según ella tenga ese objeto. Entre los principales paradigmas o teorías se encuentran: el conductismo y el cognitivismo. Cada una hace una caracterización de cómo los sujetos aprenden.

Por un lado, en el paradigma conductista el aprendizaje se define como “la adquisición de conocimientos para guiar la conducta” (Marcos, 1996:292) y según Tolman (citado en Marcos, 1996) “consiste en la adquisición de información acerca de cómo se relacionan entre sí los hechos ambientales más que en la conexión de respuestas con estímulos”. En dicha relación no se estudia la reflexión ni la conciencia, porque interesa explicar cómo se responde a un estímulo, un proceso mecánico. A diferencia de estos postulados en la teoría cognitivista se define el aprendizaje como:

…el proceso mediante el cual, cuando se expone a un animal a ciertas relaciones entre eventos, se forman unas representaciones, de estos eventos, y establece asociaciones entre ellos, con la consecuencia de que la conducta del animal cambia de ciertas maneras especificables (ob. cit., p. 298).

Según Dickinson (citado en Marcos, 1996) “el aprendizaje consiste en la adquisición de información sobre la organización causal del entorno” En esta definición se evidencia la importancia de la mente y la reflexión sobre la nueva información que se incorpora al sistema en forma de asociaciones y representaciones. Ahora bien, dentro del paradigma cognitivista nos interesa situar el enfoque constructivista, eje de la enseñanza actual. Bajo este enfoque, el aprendizaje “es un modo particular de construcción del conocimiento en una situación donde hay una intervención intencional externa” (González y otros, 1996:56). Los docentes deben propiciar experiencias en las que los estudiantes construyan el conocimiento, en este caso, específicamente el aprendizaje relacionado con la lectura y la escritura, porque a través de estos procesos niños y niñas podrán conocer nuevas representaciones del mundo durante la asociación escrita de nuevos símbolos y significados.

La lectura y la escritura son procesos de comunicación, de adquisición y construcción de conocimientos e incluso pueden ser fuentes de recreación y placer. Cuando los niños comienzan la escuela tienen previamente una idea de lo que es leer y escribir. “La actitud del niño frente a la lectura depende, en gran medida, de la actitud que haya visto en su hogar frente a los libros y de la manera como le enseñan a leer en la escuela” (Charría y González, 1987:23). Si se considera que la lectura y la escritura son procesos que se construyen en la interacción con los textos, que además son proporcionados desde el ambiente por la familia como primer entorno social y luego en la escuela, se está privilegiando un paradigma cognitivista y considerando en éste, un enfoque constructivista del aprendizaje. Por consiguiente, es importante destacar que la lectura y la escritura a pesar de que se relacionan, son procesos diferentes. No se deben igualar; por tal motivo, prácticas educativas como el dictado para evaluar escritura son erradas y no están en concordancia con los planteamientos constructivistas del aprendizaje. El estudiante, en este sentido, no es un agente pasivo que ejerce una tarea mecánica caracterizada por la transcripción de lo que escucha, y actividades como las planas (ejercicios caligráficos sin sentido), están en definitiva contradicción con los postulados de construcción del proceso de escritura.

Al enseñar a leer y a escribir a los alumnos, se tiene que ser coherente con la corriente teórica en la cual se enmarca la praxis educativa. Además, se debe conocer la lengua, pues no se puede enseñar lo que no se conoce, ni mostrarla con un verdadero sentido y practicidad. Esto no es más que, enseñar el sentido funcional de la lengua oral y la lengua escrita. Con respecto a ello, Lerner (1994), ha planteado:

… el desafío es formar usuarios competentes de la lengua escrita… Es formar lectores que sabrán elegir el material escrito adecuado para buscar la solución de problemas que deben enfrentar… formar seres críticos, capaces de leer entre líneas y de asumir una posición propia (p. 33).

Con lo anteriormente referido por la autora, se introduce la idea de la función social del lenguaje. Dado que esa lectura y escritura que se pretende enseñar desde el preescolar y la escuela tienen un fin funcional para aquel que aprende, cuando se lee no se está simplemente decodificando. En el acto de leer existen procesos más complejos a nivel cognitivo como la reflexión y comprensión del escrito para adquirir conocimientos. Por su parte cuando se escribe, no se está únicamente transcribiendo un código. Al escribir existe una idea, existe algo que comunicar o dar conocer. Es así como desde la escuela, la enseñanza de la lectura y de la escritura se deben enfocar con un único sentido: el sentido funcional.

Desde los primeros niveles educativos como el Preescolar, área en la cual me desenvuelvo desde hace tres años, debe estimularse el lenguaje oral y escrito de los alumnos, a partir de la experiencia y los conocimientos previos que traen ellos consigo. En el Currículo de Educación Inicial (Ministerio de Educación y Deportes, 2005b), se define la lectura y la escritura como instrumentos de información y comunicación. Para la iniciación de niños y niñas en tales instrumentos se plantean elementos teóricos y prácticos bajo un enfoque constructivista social, en el que los estudiantes aprenden dentro de un ambiente, interactuando con sus pares, adultos en actividades centradas en diferentes temáticas. Las actividades que contemplan leer y escribir conducen al desarrollo progresivo de estos procesos. Por esa razón, debemos presentar a niños y niñas diversidad de materiales escritos y en la forma de textos reales como: cuentos, periódicos, fotos, libros, recetas, diccionarios. Con promoción de una práctica social en forma activa, y situaciones realmente significativas, podemos favorecer en un entorno informal y lúdico la exploración, la experimentación, la comunicación y los intercambios de saberes (Ministerio de Educación y Deportes, 2005b)

Dado que hay que estimular el lenguaje desde los primeros niveles educativos y a partir de experiencias que los niños y las niñas traigan consigo, se pone de manifiesto uno de los aspectos fundamentales en la didáctica de la enseñanza, el aspecto lúdico, como elemento cotidiano, propio de los niños. El juego es una característica primordial para generar el proceso de enseñanza, sobre todo en los niveles iniciales de la educación. Para los niños, el juego “Constituye una actividad vital...es su forma espontánea de ser y de actuar, exploran, inventan, disfrutan, descubren y aprenden” (Ministerio de Educación y Deporte, 2005a, p.74). Al jugar también con el lenguaje, los niños aprenden a disfrutarlo a “darse cuenta de las posibilidades que tiene y desarrollar la propia conciencia lingüística” (Reyes, 2001:2). Al dar a las actividades de enseñanza en el preescolar ese sentido de utilidad del lenguaje para situaciones cotidianas, se favorece la construcción y constitución de un proceso natural y afectivo de lectura y de escritura en los niños.

Particularmente y bajo este último planteamiento de la utilidad del lenguaje, considero que he tratado de guiar mi práctica educativa como maestra en la Educación Inicial. Propongo actividades en las que los niños encuentren esa utilidad del lenguaje para construir su proceso de lectura y escritura. He presentado actividades en la que niños y niñas han estado en contacto con diversidad de textos escritos, (e.g., canciones, recetas, adivinanzas, elaboración de cartas, carteles, microexposiciones, obras con títeres, cuentos, fábulas y juegos de palabras como bingo). He corregido actividades que desvirtúan el uso del periódico al recortar letras o palabras como bien opinan Kaufman y Rodríguez (1993). En cada una de las actividades desarrolladas en aula busco que los niños interactúen con el material impreso, se apropien del mismo, lo relacionen con los que ya conocen y hago énfasis en el para qué sirve cada texto.

Finalmente y luego de plantear algunas consideraciones sobre cómo debe iniciarse la enseñanza de la lectura y la escritura en el preescolar, quisiera retomar la información sobre qué debe entenderse por leer y escribir en este nivel: (1) Considero que debe abordarse la enseñanza y aprendizaje de la lectura y escritura bajo el paradigma cognitivo, porque cuando se lee o se escribe hay un procesamiento de la información; (2) Cuando hemos adquirido un cierto dominio de los procesos de lectura y escritura podemos llegar a hacer metalingüística, es decir, reflexionar sobre cómo leo y escribo para mejorar Fraca de Barrera, Maurera y Silva (2002); (3) El enfoque en el que debe enmarcarse la enseñanza de la lectura y la escritura pudiera ser constructivista; (4) De la calidad de la interacción con los textos escritos dependerá la apropiación efectiva de la lectura y la escritura de niños y niñas; (5) Por otra parte, aquellos niños y niñas que ya sepan leer en el nivel, estarán en constante búsqueda de significados de estas actividades porque ”toda lectura es interpretación y lo que el lector es capaz de comprender y de aprender a través de la lectura depende fuertemente de lo que el lector conoce y cree antes de la lectura” Goodman (citado en Ferreiro y Gómez, 1996:18); (6) La escuela y, por ende, los docentes somos responsables, en gran medida, del avance o no de los estudiantes en materia de lectura y escritura; y (7) Las actividades con los niños deben favorecer el acercamiento a diferentes tipos de textos funcionales. No obstante, para lograr alguno de estos planteamientos es necesaria la constante actualización del docente. El docente debe conocer eficientemente su lengua, tanto oral como escrita, para conducir una enseñanza efectiva.

Puedo, asimismo, referir que los fundamentos pedagógicos sobre la lectura y la escritura los forja cada docente en la medida que conozca la lengua. En relación con esos aspectos que hacen posible asumir unos claros fundamentos pedagógicos para guiar la enseñanza de la lectura y la escriturara, aquí se han mencionado algunos, por ejemplo: centrarse en una teoría que sustente la práctica educativa, que las actividades vayan de la mano con esa teoría para que el maestro se sienta identificado, planificar es una tarea determinante para favorecer la enseñanza en general y, en este caso, el proceso de lectura y escritura de los estudiantes. Es importante no olvidar el aspecto lúdico como característica primordial en el aprendizaje de niños del preescolar y que tanto la lectura como la escritura son procesos diferentes y como tales deben abordarse integralmente para lograrlos. Por ello, cada vez me convenzo de la importancia de dar a conocer los aspectos estructurales de la lengua, hacer ver al niño que es un “vehículo de pensamiento y del conocimiento” (Fraca de Barrera, 1997:57) En síntesis, es responsabilidad del docente enseñar que el lenguaje en sus manifestaciones oral y escrita tiene una función social y nos permite comunicarnos; por esa razón, nuestros niños y niñas deben ser iniciados en este aprendizaje de la lectura y la escritura desde el preescolar.

REFERENCIAS

Charría, A. y González, A. (1987). Hacia Una Nueva Pedagogía De La Lectura. Segunda Edición, Argentina: AIQUE

Ferreiro E. y Gómez M. (1996). (Comps). Nuevas Perspectivas sobre los Procesos de Lectura y Escritura. Madrid, España: Siglo Veintiuno Editores, S.A.

Fraca de Barrera, L. (1997). La Naturaleza de la Lengua Escrita. Revista Letras Nº 54 -55 XXV Aniversario del CILLAB, p. 57 – 77 Caracas, Venezuela: Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias Andrés Bello

Fraca de Barrera, L., Maurera S. y Silva A. (2002). (Comps). Estrategias Metalingüísticas. Hacia una reflexión de la lengua materna en el aula. Parte I. Cuaderno Pedagógico N° 6. Caracas, Venezuela: Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias Andrés Bello.

González, V., González, N. y Requena, A. (1996). Pedagogía de la Lectura y Escritura en el Nivel Preescolar. Caracas: Universidad Experimental Simón Rodríguez

Kaufman, A. y Rodríguez, M. (1993) La escuela y los textos. Buenos Aires: Santillana Aula XXI

Lerner, D. (1994). Capacitación en Servicio y Cambio en la Propuesta Didáctica Vigente. Revista Lectura y Vida, Nº 3 Año 15, p. 33 – 54. Buenos Aires

Marcos, J. (1996). Claves de la Psicología del Aprendizaje Actual. Revista de Psicología General y Aplicada, N° 49 (2), p. 291 – 307. Universidad de de la Coruña

Ministerio de Educación y Deportes (2005a). Currículo de Educación Inicial. Bases curriculares

Ministerio de Educación y Deportes (2005b). Currículo de Educación Inicial. Lenguaje Oral y Escrito

Reyes, S. (2001). Enseñanza – Aprendizaje de lengua: El juego ¿un método nuevo? Revista Psicodidáctica [Revista en línea], 012. Disponible: http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/175/17501204.pdf [Consulta: 2006, Octubre 10]

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